Families Change Guía de Separación y Divorcio

3.17 - Cómo hablar de dinero

3.17 - Cómo hablar de dinero

Mamá: Pues, ¿cómo lo hago… para….terminar con esto? Tengo que llamar a Roberto.

Hola, soy yo, Julia. Espero no haberte llamado en un momento muy ocupado otra vez.

Papá: No, está bien. Puedo hablar.

Mamá: Oye, pues. El equipo de básquetbol de Juanita tiene torneo en Victoria. No este fin de semana, el otro, ¿entiendes? El aviso de la escuela dice que tenemos que pagar $280 a más tarde este viernes. Bueno, le dije a Juanita que podía ir, pero solo si tú puedes hacer tu parte.

Papá: ¿Qué quiere decir, “si yo puedo hacer mi parte”? ¿Desde cuándo se convirtió en mi problema todo esto? ¡Yo pago la manutención de los hijos!

Mamá: ¡Esto no tiene que ver con la manutención de los hijos, Roberto! Se trata de apoyar las actividades que hace nuestra hija. Tú insististe que hiciera todos estos deportes, así que ahora tú puedes encargarte. Claramente no es mi responsabilidad.

Papá: ¡No es mi culpa que tú no puedas manejar tu dinero, Julia! Solo me llamas cuando necesitas algo. Y siempre me entero de las cosas a último momento. Juanita nunca me llama para hablar sobre lo que está pasando. ¿Por qué debería yo  pagar esto?

Mamá: A ver si te entiendo. ¿Estás diciendo que quieres que le diga a nuestra hija que su papá está tan ocupado con su vida nueva que no le importa el torneo de basquetbol de su hija?

Papá: No dije eso. ¿Cómo te atreves a ponerme en este apurón? Me tengo que ir. Tengo mi propia vida, sabes.


No les fue muy bien… pero es una conversación bastante típica entre los padres separados. ¿Cómo se podría haber mejorado la conversación?

Los estudios han demostrado que si se hace participar al otro padre en el proceso de toma de decisiones, será más probable que esté dispuesto a contribuir a los gastos inesperados.

Además, es importante recordar que las personas a menudo se ponen sensibles cuando se les pide dinero. Y sobre todo si es un pedido inesperado.

Como vimos en este caso, es probable que se ponga defensivo el padre que recibe el pedido de dinero. Puede sentir que ya pagó la manutención de los hijos y que no debería tener que contribuir nada más.

Las siguientes estrategias se pueden usar para reducir el conflicto que acompaña este tipo de gastos inesperados:

1. Prepárese.
Antes de hablar con el otro padre, reúna toda la información financiera y cualquier otro detalle importante sobre el gasto: ¿para qué se usará el dinero, cuánto necesita y cuándo lo tiene que entregar?

2. Decida CÓMO se quiere comunicar.
Decida cuál es la manera más efectiva para comunicarse. Por ejemplo, ¿le conviene usar el teléfono, email, carta, mensaje de voz o libro de comunicaciones, o prefiere hablar en persona?

3. No espere hasta el último momento.
Deje suficiente tiempo para que el otro padre digiera el pedido y le responda con una decisión.

4. Invite opiniones.
Su primera comunicación debería ser para darle información al otro padre, e invitarlo a platicar sobre la situación con usted. Su meta es incluir al otro padre en el proceso de toma de decisiones.

5. Mantenga un enfoque en el hijo.
Su pedido siempre debe mantenerse enfocado en las necesidades del hijo.

Por ejemplo:
“Juanito está súper animado porque lo seleccionaron para el equipo de béisbol y sería una experiencia muy buena si pudiera ir”.

Este método será mucho más exitoso que:
“Necesito $200 para que Juanito pueda ir al torneo de béisbol este fin de semana”.

6. Pida una respuesta dentro de un plazo apropiado.
Pídale al otro padre que le conteste antes de una fecha límite específica.

Por ejemplo:
“¿Me podrías responder para el próximo miércoles, para poder informarle al entrenador en la próxima práctica?”

Este método será mucho más exitoso que:
“Tengo que saber lo más pronto posible”.

O peor aún:
“¿Qué te hace falta pensar? ¿Sí o no?”

7. Escuche lo que dice el otro sin interrumpir.

8. Ofrezca posibles soluciones y esté dispuesto a considerar otras alternativas.
No suponga que la solución que se le ocurre usted es la única solución. Puede haber distintas maneras de lograr la misma meta. Por ejemplo, trate el gasto como un gasto especial y compártalo proporcionalmente, o haga un plan de pagos.

9. Aclare los detalles.
Decida quién pagará qué, y cuándo.

Por ejemplo:
“Si le pagas el monto completo al entrenador el miércoles, te puedo devolver el dinero el viernes que viene”.

O:
“Yo pagaré las cuotas del torneo ahora si tú te encargas de las matrículas de futbol en el otoño”.

10. Póngalo por escrito.
Después de platicar, escriba un resumen de los detalles que aceptó cada uno. De esa manera los dos tienen la misma información y pueden dar seguimiento a los gastos.

11. Platique y decida qué información se compartirá con su hijo.
Si ambos deciden que no pueden costear el gasto, deben platicar sobre qué información se compartirá a su hijo, y cómo se lo dirán. Tienen que presentar una decisión unificada al hijo. Si no, es posible que se vean tentados a culparse el uno al otro. Esto no es bueno para la autoestima y bienestar psicológico en general de su hijo. Su hijo necesita sentir que puede depender de ambos padres para hacerse cargo de los gastos.

12. Cuando tenga una conversación exitosa, úsela como una lección.
A medida que mejore la comunicación con el otro padre, será menos probable que tengan malentendidos y conflictos y será más probable que su hijo se críe sanamente.

Veamos cómo podría haber sido mejor esta conversación si hubieran usado todas estas pautas.


Mamá: Bueno, ya reuní todos los datos. Supongo que estoy lista para llamar a Roberto.

Hola, soy yo. ¿Es buen momento para hablar?

Papá: Em, bueno, sí. Hola, Julia. Sí es buen momento. Espérame un segundo para que apague la tele. Bien.

Mamá: Acabo de recibir un aviso importante de la escuela sobre el próximo fin de semana y me pareció importante informarteahora mismo. Hay algunas fechas límite. El equipo de básquetbol de Juanita tiene torneo en Victoria en dos fines de semana. El aviso dice que tenemos que pagar $280 a más tarde este viernes.

Papá: ¿$280? Bueno…

Mamá: ¿No crees que realmente sea importante que Juanita viaje con su equipo?  No sé cómo lo vamos a pagar, pero sí que siempre has apoyado su participación en los deportes, Roberto.

Papá: Sé que le encanta jugar al básquetbol, y por supuesto que siempre la apoyo. Pero $280 es muchísimo dinero para un viaje de un fin de semana. ¿Qué incluye ese monto?

Mamá: Em... dice que los $280 son para el autobús, el microbús y el hotel por dos noches. También cubre la matrícula del torneo que le corresponde a Juanita. Pero además tenemos que darle dinero para comidas y bocadillos, y dinero para sus gastos personales.

Papá: ¡Ándale! En realidad estamos hablando de otros $100 más o menos. No sé, Julia. Es mucho dinero para reunir en muy poco tiempo. ¿Qué te parece? ¿Tienes algunas ideas?

Mamá: Se me ocurrió que podíamos compartir el gasto de la misma manera que compartimos otros gastos especiales, proporcionalmente según nuestros ingresos.

Papá: Bueno, yo no tengo problema con pagar mi parte, pero sería imposible para mí conseguir $280 para el viernes. Tengo que viajar y no estaré de vuelta hasta el domingo por la noche. ¿Qué te parece si cubres lo que haya que pagar el viernes y yo te devuelvo el dinero cuando regrese a casa?

Mamá: Bueno, la cosa es que yo puedo conseguir mi parte, que calculo que sería unos $120. Pero realmente no puedo costear el total de $280. ¿Crees que me podrías dar $160 antes de irte de viaje? Le podrías dar el saldo a Juanita antes de que se vaya al torneo.

Papá: Supongo que sí. Yo me las arreglo pues. Tal vez puedo pasar por tu casa hoy a la noche y le podemos dar la buena noticia a Juanita los dos. ¿Te parece bien?

Mamá: ¡Perfecto, buena idea! Se va a poner muy feliz cuando le decimos que puede ir. ¿Te parece que anote rápidamente los detalles de nuestra plática para que sepamos quién va a hacer qué y cuándo?


¡Eso estuvo muchísimo mejor! Es más, la conversación que los dos padres piensan tener esa noche la dejará tranquila a Juanita – que sus padres van a seguir supliendo sus necesidades, por más que ya no vivan juntos.

Desafortunadamente, hay muchas otras situaciones en las cuales los gastos inesperados causan tensión.


Mamá: Yo le dije a Diego, hombre, abre los ojos, soy exigente a la hora de decidir con quién paso el tiempo, ¿ya sabes?

¡Caray! Me está entrando otra llamada. Te llamó más tarde, Jenny, ¿está bien? ¿Hola?

Papá: Hola, soy yo. Bueno, parece que Teo tiene un cumpleaños el sábado en Ladner. Y, em… tú lo tendrás que llevar a comprar un regalo de cumpleaños.

Mamá: ¡Espero que estés bromeando! Para empezar, el fin de semana es mi tiempo con él. No sé si quiero perder la mitad de nuestro sábado para que vaya al cumpleaños de un muchacho. Y por más que decida dejarlo ir, Ladner, queda muy lejos de Burnaby. Ya sabes que no tengo dinero para pagar la gasolina. Llévalo y tráigalo tú de la fiesta, y compra el regalo de cumpleaños.

Papá: ¡Siempre eres igual, Lucía! Los dos sabemos que tienes dinero para comprar cerveza, pero nunca tienes dinero para Teo. ¡Esta fiesta es importante para él, y a ti te importa un pepino!

Mamá: ¡Ya tengo planes para el fin de semana y no incluyen ir a un cumpleaños de niños! Tal vez si tomaras el tiempo de, tipo, mantenerme al tanto, y pensar en mis necesidades, las cosas saldrían mejor. Esto es igual que nuestro matrimonio, ¡tú eres el centro de todo!


¡Eso no salió nada bien! Pero es otra conversación bastante típica entre padres separados. ¿Cómo se podría haber mejorado la conversación?

La manutención de los hijos pretende cubrir los gastos habituales de los niños. A menudo surgen conflictos cuando se espera que el padre que paga la manutención de los hijos ponga más dinero para un gasto que no está dentro de presupuesto. Y es peor aún si además se espera que ese padre pierda su tiempo con el hijo.

Es importante hacer que el otro padre participe en las decisiones que afecten tanto su tiempo como su dinero. En esta situación, los padres tienen que platicar para resolver el problema. Esto puede ayudar a dividir el problema en partes más pequeñas. En este caso, las partes que hay que resolver son:

  • ¿Se permitirá que Teo vaya al cumpleaños?
  • ¿Quién llevará y traerá a Teo del cumpleaños?
  • ¿Quién pagará por el regalo?

Veamos cómo esta conversación podría haber tenido un resultado mucho mejor si hubieran usado estas pautas.


Mamá: Yo le dije a Diego, hombre, abre los ojos, soy exigente a la hora de decidir con quién paso el tiempo, ¿sabes?

Espera, me está entrando otra llamada. Te llamó más tarde, Jenny, ¿está bien? ¿Hola?

Papá: Hola, soy yo. Perdón por llamarte a tu celular, pero me parece que tu teléfono de la casa no está funcionando.

Mamá: Sí, me lo cortaron. Algún malentendido sobre el pago.

Papá: Siento saberlo, Lucía. Bueno, em, Teo tiene un cumpleaños el sábado en Ladner. Y antes de confirmar que puede ir quería hablar contigo sobre tus planes para el fin de semana.

Mamá: Ya tengo planes para el fin de semana. Iba a quedarme en casa con Teo y ver algunos videos…

Papá: Sé que es tu fin de semana con Teo, pero realmente quiere ir a esta fiesta, es su mejor amigo, Jacobo.

Mamá: Ah, sí, me gusta ese muchacho. Es una lástima que se tuvo que mudar tan lejos, a Ladner. Supongo que no tengo problema que vaya Teo al cumpleaños de Jacobo, pero simplemente no tengo dinero para la gasolina ni para un regalo de cumpleaños. Y aparte de eso, mi carro está descompuesto y está en el taller. Entonces, David, el tema es que si decidimos que debería ir a la fiesta, tú tendrías que llevarlo y traerlo de vuelta.

Papá: Agradezco que le permitas ir, por más que te deje menos tiempo con él  Y no me molesta llevarlo.

Mamá: Vale. ¿Pero qué hacemos con el regalo de cumpleaños?

Papá: Yo le puedo dar $15 para un regalo de cumpleaños, si tú lo puedes ayudar a comprar un regalo el sábado por la mañana. Creo que entre $30 y $35 está bien para un regalo de cumpleaños para su edad. Sabes que Jacobo tiene la misma edad que Teo, nueve. ¿Qué te parece?

Mamá: Em, está bien, $30 debería ser suficiente. Supongo que podría poner unos $15 para el sábado.

Papá: ¡Bien! Así quedamos. Lo llevaré a Teo a la hora normal el viernes a la noche, y luego tú lo llevarás de compras el sábado por la mañana, y yo lo buscaré como al mediodía para llevarlo a lo de Jacobo, ¿está bien?

Mamá: Sí, por mí está bien. Ya que estamos hablando, ¿podrías decirle buenas noches a Teo?

Papá: Perdón, Lucía, ya está dormido. Son las 10 de la noche.

Mamá: Ah, sí, ¡cierto! Bueno, pues. Me despido.


¡Eso fue mejor! Esta vez Teo tendrá una salida de compras agradable con su madre y además podrá ir al cumpleaños de su mejor amigo. Teo verá que sus padres compartirán el costo del regalo, y además compartirán el compromiso de tiempo. Esto le dará a Teo la tranquilidad de saber que sus padres todavía pueden trabajar en conjunto para asegurar que se suplan sus necesidades, por más que no sigan viviendo juntos.

Desafortunadamente también hay situaciones en las cuales la necesidad de compartir artículos para los niños pequeños puede causar tensión.


Mamá: Hola.

Papá: Hola, soy yo.

Mamá: Ah. Hola. (¡Es Arturo!)

Papá: Quería hablar sobre el sábado. Voy a buscar a Marcos a las 10.

Mamá: Más te vale conseguir un asiento de seguridad para el carro cuando lo busques.

Papá: ¿Sabes cuánto cuestan esas cosas, Norma? No tengo dinero para comprar un asiento antes del sábado. ¿Por qué no puedo usar el que tienes tú?

Mamá: ¡Otra vez con lo mismo! Siempre tienes dinero para salir con tus amigos después del trabajo, pero nunca tienes dinero para comprar cosas para tu hijo. ¡Tu propio hijo! Demonios, cómprale un asiento de seguridad para el carro. ¡Si no, no va a estar seguro!


Bueno, ¡eso realmente no les fue muy bien! Pero lamentablemente este tipo de conversación es demasiado común. ¿Cómo se podría haber mejorado la conversación?

Uno de los grandes mitos de la separación y el divorcio es que es más barato vivir como un adulto soltero que como una pareja.

La realidad es que después de la separación, ambos padres en general tienen que reconstruir sus vidas económicas con menos recursos.

En esta situación financiera difícil, siguen teniendo una tarea importante: ambos padres todavía tienen que contribuir al pago de los gastos de los hijos.

Entonces tiene sentido trabajar en conjunto para evitar el costo de duplicar los juguetes, ropa y muebles de los niños, para que se puedan suplir las necesidades básicas de su hijo.

Con estas ideas en mente, veamos cómo esta conversación podría haber sido mucho mejor.


Mamá: Hola.

Papá: Hola, soy yo.

Mamá: Ah. Hola.

Papá: Quería hablar sobre el sábado. Voy a buscar a Marcos a las 10.

Mamá: Y…  ¿qué tal el asiento de seguridad para el carro?

Papá: Norma, ya te dije que no tengo dinero para comprar un asiento de seguridad para el carro. Tengo gastos. No entiendo por qué el asiento de seguridad para el carro no puede ir a dónde vaya Marcos.

Mamá: ¿Sabes qué, Arturo? Es mucho trabajo tener que sacar el asiento de seguridad para el auto cada vez que vienes a buscar a Marcos. Además, es mi asiento de seguridad para el carro.

Papá: ¡No sé por qué piensas que el asiento de seguridad para el carro te pertenece a tí, Norma! No sé si recuerdas, lo compramos para Marcos cuando estábamos juntos.

Mamá: Está bien, supongo que sí. Bueno, lo importante es que Marcos viaje en un asiento de seguridad para el carro. ¡Qué diría la gente si pensaran que no podías comprarle un asiento de seguridad a tu hijo!

Papá: Sí, pero en realidad tiene que ver con su seguridad. La seguridad de Marcos, ¿no es así? ¿Estás de acuerdo con eso, Norma?

Mamá: Tienes razón, Arturo. Ya sé. Bueno, mira creo que por ahora podemos aceptar compartir el asiento de seguridad para el carro que ya tenemos.

Papá: Gracias. Creo que será mucho mejor para Marcos si podemos compartir las cosas que realmente necesite. Solo hasta que los dos estemos bien encaminados económicamente. No es fácil para ninguno de los dos. Los niños necesitan tantas cosas.

Mamá: Sí, no es para nada fácil. Estaba pensando, ¿qué te parece si cuando regreses con Marcos te quedas con todos nosotros para la cena de Año Nuevo?

Papá: Gracias, Norma, me gustaría mucho. No tengo otros planes. Y creo que a Marcos le gustaría mucho también.